Porque no es algo que se suela contar, pero la ansiedad está en todos nosotros, todos la hemos sufrido en algún momento con mas o menos intensidad. También es cierto que se suele llevar a escondidas, pero el que la ha sufrido sabe que no es nada fácil convivir con ella. Por todo eso, creo que esta entrada es digna de ser leÃda y estoy convencido que mas de uno se sentirá identificado en ella...
ANSIEDAD
Hablar de ansiedad no es fácil pese a ser una de las enfermedades más comunes de la actualidad. Todas las personas que conozco sufren sÃntomas semejantes pero a la vez distintos.
La ansiedad son miedos. Quizás, si nunca hayas sufrido este trastorno, o, lo hayas sufrido pero no sabÃas lo que era no vas a entender lo que voy a decir a continuación, pero considero decir siempre que la ansiedad no la sufren las personas débiles, no es correcto, o al menos, eso me explicaron a mà en terapia.
No soy médico, ni psicóloga ni psiquiatra. Sólo soy una persona que ha sufrido y aún sufre ansiedad.
TenÃa 19 años, acababa de perder a un ser querido cercano que todavÃa era joven de un infarto fulminante. Llevaba cerca de dos meses viviendo por y para las necesidades de mis familias, todos lloraban, menos yo. VivÃa en una ciudad cercana a donde vive mi familia con dos compañeros de piso, y estaba estudiando. TenÃa un novio al que no querÃa y que poco tiempo después descubrà que nuestra relación no estaba bien ni lo que hacÃa estaba bien. Estaba totalmente perdida, en esa época de rebeldÃa que pasamos a los 14-15 años, la mÃa fue a los 19. No me preocupaba nada, sólo querÃa estudiar algo, tener un trabajo y vivir a mi aire. Pero todo cambió ahÃ, de repente empecé a preocuparme demasiado, estaba pendiente 24 horas del whatsapp, preguntando continuamente si mis familiares estaban bien, incluso amigos. Cada vez que iban en coche, o estaban un poco enfermos, o no me contestaban en horas empezaba a no poder respirar. Asà empecé, mientras seguÃa sin llorar por el fallecimiento del ser querido. Cada semana que pasaba empezaba a preocuparme todo más, hasta que una noche, sentà un punto encima del pecho, no podÃa respirar, empezó a subirme un hormigueo por el brazo y no era capaz de moverlo, el cuerpo se me paralizó y no era capaz de respirar. Creà que me estaba muriendo. Y eso empezó a ocurrirme todos los dÃas. TenÃa miedo de ir a dormir, porque pensaba que dormida no iba a poder salvar mi vida si no me enteraba. Fue asÃ, asà empecé yo.
No era capaz de hablar con nadie, creÃa que tenÃa problemas mentales hasta que un dÃa, en casa de mis padres, estaba sentada en el sofá, y volvió a pasarme, era incapaz de moverme y de respirar, nunca me habÃa dado tan fuerte. Empecé a gritar que llamaran a una ambulancia. Asusté a toda la familia excepto a mi madre, ya que ella padece de ansiedad, que como sabéis es hereditaria.
Al dÃa siguiente me obligaron a ir al médico de cabecera, y allÃ, como siempre, me dieron el tratamiento estándar de ansiedad, pastillas. Empecé a ir a un psicólogo y mi medicación estaba regulada por un psiquiatra, que ahà es donde radica la principal diferencia entre ambos, uno puede dar medicación y otro no.
Como sabéis la ansiedad siempre se manifiesta por un motivo, normalmente desconocemos o no nos damos cuenta qué es lo que lo desencadena, pero para poder curarla lo hay que averiguar. Mi ansiedad fue debida al miedo a la muerte de mis seres queridos y amigos. Estaba en constante alerta intentando ayudar a todo el mundo, y no exagero. Estuve cerca de un año con la medicación y dos años en terapia añadiendo un problema posterior.
Mi experiencia con la medicación. No son pastillas muy recomendables, teniendo en cuenta que cuando vas a la farmacia tienen que pedirte el DNI porque llevan opio y otras sustancias. No se puede mezclar con alcohol ya que pueden causar un efecto rebote. Lo mejor para mà de esas pastillas era que me ayudaban a dormir, estaba más relajada pero seguÃa teniendo pequeños ataques de ansiedad. Si tu mente no colabora las pastillas no son la solución. Lo que yo notaba es que no poseÃa personalidad con ellas, no querÃa salir de fiesta, tampoco hablar mucho y estaba relajada si, pero a la vez anulada.
La ansiedad no es fácil, pese a las creencias, son temores que te van consumiendo añadiendo otros y haciendo que cada acción de tu vida sea una preocupación y que casi nadie te entienda o piensa que exageras. Vivà mucho tiempo con las sensaciones de un infarto cada noche, os puedo asegurar que no lo pasas para nada bien, y tampoco sabes a quien acudir porque piensas que nadie te va a entender. Todo el mundo tiene teorÃas sobre la ansiedad pero sólo la entendemos los que hemos vivido con ella.
Creo que nunca me curaré por completo, pero es cierto, que actualmente no tomo pastillas diariamente para la ansiedad, y aunque se sigue manifestando sé identificarla, y sobre todo, sé que es lo que la causa.
Algo que a mà me ayudó bastante fue el yoga, sé que suena tÃpico, pero no era por los estiramientos, más bien, porque te enseñan a respirar bien, que no todo el mundo sabe, y con ello a mantener tu respiración controlada y poder relajarte.
Actualmente también me ayuda mucho un recuerdo, de una persona a la que quiero y que no sé si estará leyendo esto, me acuerdo de un dÃa después de un concierto de Vetusta Morla que viniste a dormir a mi casa, siempre que dormimos juntos me abrazas separándote por el pelo, respiración o porque no estás cómodo, pero aquel dÃa, me abrazaste pegándome a ti aunque hubiese calor, y fue uno de los dÃas que más relajadas dormà y más feliz. Ese es mi recuerdo feliz.
Sé que tú también la has sufrido o conoces a alguien que lo haya hecho. Cuéntame tu experiencia.
Carla GarcÃa
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